Hautacam te está esperando, Javier. Hautacam y los tuyos. También tu hermano y tu padre, por supuesto. Desde aquí te impulsaremos para que llegues en volandas y sin apenas esfuerzo. Somos miles de aficionados al ciclismo, al deporte, que ya te digo yo que no te olvidaremos. Haremos de gregarios en un enorme pelotón multicolor que estará encabezado por tu madre, María, y por tu amigo Vicente. Harán las veces de directores de equipo. Tú simplemente disfruta y descansa. Te lo mereces. En la meta te aplaudirán y dos guapas azafatas te besarán, te regalarán un enorme ramo de flores y te colocarán el maillot del color que prefieras. Serás el líder de una divertida clasificación general a la que muy pocos han podido acceder.
No dudes. No te preguntes si quiera porqué te cuento esto con tanta seguridad. Lo supe en cuanto te vi el pasado viernes en tu casa. Estabas pálido. Tu cara descansaba por fin. Tu organismo de atleta acababa de cruzar la meta. Tu madre lloraba mientras contestaba a un teléfono que no paraba de sonar. Tu amigo, nervioso y con lágrimas en los ojos, hablaba a ráfagas conmigo y con Pruden. A mi concejal, al de deportes me refiero, se le notaba nervioso. Los medios, en principio malagueños y poco más tarde nacionales, ya se estaban poniendo en contacto con nosotros. Es increíble lo rápido que se mueven cuando algo les interesa de verdad. Joaquín Villanova, el alcalde, acababa de llamar a tu madre. No sé lo que le diría, pero te lo puedes imaginar. Tú eres de Bilbao y los de allí si algo tenéis es imaginación.
En medio de todo ese alboroto no dejé de pensar en la entrevista que te hice, para nuestra web Alhaurin es Deporte, en mayo de 2017, unos días antes de celebrar, por nuestro municipio, el Campeonato de España de Ciclismo Adaptado que precisamente lleva tu nombre. Cuando llegaste, andando regular, pero andando, hasta mi despacho en El Limón, nos saludamos como amigos y comenzamos a charlar. Recuerdo, que antes de ponernos manos a la obra, te pregunté cómo estabas. Me dijiste, a través de tu diálogo pausado y enrevesado, no siempre fácil de seguir, que no podías quejarte. No dije nada, simplemente me apunté las tres palabras “no puedo quejarme”, las asumí y las interioricé. Me acababas de dar una de las lecciones más grandes que jamás había recibido.
Ahora es fácil decirlo, ponerte como ejemplo, leer sobre ti y ver videos de tus éxitos como ciclista. Nosotros, en el Área de Deportes de Alhaurín de la Torre hemos conocido a la persona, progresar en tu declive. Tus visitas periódicas, tus charlas, tu sonrisa, tu entereza nos animaban a todos. Nos enseñaba. Pásate por donde te apetezca la tan manida frase “es un ejemplo a seguir”, porque eres mucho más que eso.
Un abrazo, campeón. Yo tampoco puedo quejarme.
José Carlos Villalba.