Si buscas información sobre José Manuel Rosado en internet encontrarás poca cosa. Su perfil de Linkedin donde dice que trabaja en el Copyrap y, eso sí, su reciente hazaña de cruzar el estrecho de Gibraltar a nado. Y es que, hace muy poco, cuando muchos dormían aún tras la noche de San Juan, este vecino de Alhaurín de la Torre se tiraba al mar en Tarifa para cruzar nadando hasta el otro lado, a Punta Cires. 15,1 km, ahí es nada. Así que tengo que reconocer que me presento a la entrevista sin saber mucho de mi entrevistado. Tiene 45 años. No puedo evitar pensar en un buen nadador que ha solucionado como un héroe la crisis de los cuarenta. Pero cuando empiezo a hablar con él, me doy cuenta de cuan equivocado estoy. José Manuel Rosado es mucho más que eso. Es un aventurero.
Sirvió 12 años en la Infantería de Marina del Ejército y estuvo destinado en la guerra de Yugoslavia como parte del contingente que envío la OTAN. Allí no tuvo otra, que interponerse en el camino de un convoy serbio e improvisar rápidamente un plan para evitar el ataque a una población y no ser acribillado en el intento. Fue condecorado junto con sus compañeros con la medalla de la OTAN, y después con la medalla de la Asociación de Santiago (una prestigiosa asociación militar).
Pero esa historia quedará para otra ocasión. Hoy hablamos con él de su gesta y su gran pasión, que es nadar. Quedamos en la piscina donde quiere entrenar, en el Polideportivo El Limón, y allí le hago la foto. Pero luego nos trasladamos a su local, que está muy cerca, para hacer la entrevista. Aún está vacío, con cajas por todas partes y sin apenas sitio para sentarse, pero es algo suyo, y eso es importante.
1- ¿Cómo se te ocurrió esta locura de cruzar el estrecho a nado?
Bueno, soy muy aficionado a la natación desde que tenía 8 años y siempre he estado haciendo travesías de largas distancias. Y este era un reto que la verdad, tenía pensamiento de hacer desde hacía muchos años. Y al final pues se ha cumplido. Es, digamos, una etapa más en la vida. Una forma de decir “pues he podido hacer una superación”. A base de constancia, tanto deportivamente como en tu vida personal. Creo que es fundamental el que se pueda conseguir retos. Y uno de los retos que tenía en mi vida era cruzar el estrecho y se ha cumplido.
2- ¿Entonces cuando hacías las otras travesías, tenías en mente esta? ¿De alguna forma eran una especie de preparación?
Sí, se puede decir que sí. Hice otras travesías, aunque eran de distancias más cortas. De 3,5 km… Bueno, ha habido una grande que he hecho de 12 horas de natación. Que hice 30 km, en 11 horas y 11 minutos. Pero era en piscina, no era en el mar.
Hay una que sí hago todos los años, que es la Travesía de los Bomberos de Torremolinos, que se hace ahora, a finales de julio, y vienen a ser unos 7 km. La verdad, es que a mi me gustan mucho las largas distancias. De velocidad vengo a ser medio, pero sí me gustan mucho las distancias, y es el reto personal que tenía.
3- ¿Cómo fue la travesía? Empezasteis por la mañana, muy temprano. De noche en realidad. Y me comentabas antes que ciertas etapas había que hacerlas más rápido por el tema de las mareas. Cuéntame cómo fue.
Cómo dices fue de madrugada. Salimos desde el faro de Tarifa. Ese día nos pilló que estaba terminando el levante y se iba a poner el poniente. Y nos comunicó la asociación que organiza la travesía que la primera hora no te puedes llegar a parar, debido a una corriente que hay justo al lado de la costa de España. Así que, bueno, la primera hora es continua. Sí notabas un poquito de corriente. Luego, cada 45 minutos te vas parando durante la travesía para avituallarte con la embarcación que tienes al lado. Y cuando llegas a Marruecos, también hay otra corriente que, lo mismo: te dicen que hagas el último esfuerzo, aunque supuestamente se va un poco más cansado, pero que no te puedes parar debido a esa corriente que puede venir fuerte. Y como no se sabe cómo puede llegar a actuar el mar en ese momento, lo tienen estipulado así.
Porque el informe meteorológico te dice “la corriente es esta, pero en este tramo de horas… no te podemos garantizar que después sea viable”.
Exacto. Ellos tienen una previsión y te dicen “tienes una franja horaria: de tal hora a tal hora te puedes tirar”. Para que tampoco te desvíes tanto y no hagamos, o más metros, o incluso en los mismos metros, que estés nadando y te quedes con que no avances debido a esa corriente. O avances mucho más lento.
No deja de ser una aventura… es el mar…
Exactamente.
4- Leía ya en las noticias que hiciste esta prueba con tres compañeros más que, como tú, sois nadadores experimentados. Esto beneficia a la prueba en el sentido de que ibais al mismo ritmo.
Sí. La verdad es que esos tres compañeros, uno vive en San Pedro y los otros dos en Marbella, tenemos más o menos los mismos ritmos de nado. Hemos estado entrenando juntos en el mar continuamente y estamos habituados a esa forma de nadar, a controlarnos en el agua, a no dispersarnos mucho. Y la verdad, tengo que decir que los tres compañeros, a parte de lo buenas personas que son, controlan mucho el tema de la natación y da gusto nadar con ellos.
(Sus acompañantes fueron Luis David Fernández Salinas, Juan Carlos Tineo Peña y Ángel Monedero Timón)
5- Hay mucha gente que ahora va a cruzar el estrecho. Hay cómo cierto “turismo deportivo” de cruzar el estrecho. Y vosotros ibais a buen ritmo ¿A qué ritmo ibais?
Pues nosotros estábamos haciendo 4km a la hora, 3,750 km…
Casi más rápido que una persona andando… que se dice pronto.
Pues más o menos. Sí. Lo que si te pedía la asociación es que, para poder hacer la prueba, tenían que hacerse cómo mínimo en 1 hora, 3 km. Bueno, nosotros si íbamos con un margen de 3,5 km, que era nuestro planteamiento. Pero una vez metidos en la prueba, pues claro, como vas tan a gusto y vas disfrutando de ella y demás, pues parece que te deslizabas mejor… o también nos pudo ayudar un poco alguna de las corrientes a desplazarnos más rápido.
6- Por eso decía, el hecho de que fueseis todos más o menos a un ritmo, te permitía más disfrutar que si tienes que estar pendiente de alguien que no esté tan formado y vaya, por ejemplo, a 2 km por detrás, y haya que esperarlo un poco.
Exacto. Cómo teníamos los mismos ritmos, pues íbamos disfrutando de ello. Y cómo decías también… esto es cómo un turismo. Parece que no, pero el cruzar el estrecho internacionalmente está muy reconocido. Y la verdad es que hay gente que tiene previsiones de 2 o 3 años para poder optar a venir desde su país a hacer esta prueba. De hecho, la asociación les da prioridad a los extranjeros, por si tienen que coger un vuelo o tienen que coger hoteles y demás, y tienen una semana que se vienen aquí para poder hacer esta prueba. Si les pilla ese día, o dos o tres días de levante, al día siguiente pueden hacerlo. Si a mí me pillan esos dos o tres días o el día que ellos se deben de tirar, que me tocaba a mí, pues ellos tienen la prioridad. Yo he tardado prácticamente dos años en poder hacer esta prueba. Yo, junto con mis tres compañeros.
7- ¿Cómo es la experiencia cuando te echas a nadar y te encuentras el mar para ti?
Empezar a nadar estando de noche, y ya pasada la hora esa en la que podemos parar… Te paras, lo que es medio minuto para coger una barrita energética o la bebida isotónica que te vayas a tomar, un gel o algo, y te pones a mirar el mar y cómo va subiendo el sol. Y bueno… una maravilla. Y ya nadando, mirando para un lado y para otro, disfrutando al máximo. Encima nos pilló un día en que no había mucho oleaje. Aunque también tenía muchas ganas de que hubiese un poco de oleaje, pero bueno, nos pilló un día muy bueno. Sí se notaban corrientes internas, pero como íbamos tan tranquilos en la superficie, pues podías disfrutar de eso. Del amanecer, de esa tranquilidad… La verdad fue una maravilla. Fue muy bonito. Un día inolvidable.
8- Me comentabas que no habías estado antes en Punta Cires, que era el lugar hacia donde ibais… Nadabas a lo desconocido. Cruzando desde una orilla a no se sabe dónde. No es una piscina, es el mar. Sabes de donde sales, pero no sabes a donde llegas…
Exacto. Nosotros veníamos de aquí y de Marbella hasta Tarifa, y allí ves las montañas y te ves Marruecos y te dices “está ahí al lado”. Pero una vez metidos en el agua, si pillas un poco de bruma no llegas a ver la costa de Marruecos. Entonces, el barco guía, que tenía 8 metros de eslora, es el que nos guiaba. Y la verdad es que había momentos en que te decías “estoy en pleno mar y no veo nada…”. Una maravilla. Te ves diminuto al lado de tanta agua.
Tenías ocasión de mirar alrededor y veías cruceros, barcos…
Sí, sí, sí. El melillero, bueno, embarcaciones, los ferris y demás, los vimos en alguna ocasión.
Es una pena que no te viesen a ti desde los ferris para ver que cara se les ponían…
(Risas) Bueno, la verdad es que en las fotos se llegan a ver los ferris y demás, pero en la realidad se veían un poco más cerca. Pero la asociación (ACNEG), la única asociación que por ahora tiene las licencias como para poder hacer que nosotros atravesemos el estrecho, junto con Capitanía Marítima, tanto de Tarifa como de Marruecos, tienen el convenio de que una vez que se han tirado los nadadores y están haciendo la prueba, avisan a todos los buques que ese día van a pasar por allí que si ven estas embarcaciones, tienen la obligación de separarse un poco para que no haya ningún accidente.
Bastante dura es la prueba como para que también haya que esquivar los barcos…
Eso es. Prima mucho lo que es la seguridad del nadador, la verdad.
9- ¿Tenías algún miedo o preocupación cuando estás en el mar abierto nadando?
No, la verdad es que no. Estamos acostumbrados a nadar habitualmente en el mar, aunque siempre nadamos cerca de la boya de los doscientos metros de seguridad. Pero no, porque, como nunca ves el fondo, a no ser que te pille un día muy transparente, te pones a nadar y te pones a pensar en tus cosas. Tuvimos la suerte de poder ver también el amanecer e íbamos controlándonos también entre nosotros y controlando la embarcación y demás. No te pones a pensar. No pasas miedo ni piensas “a ver si aparece un tiburón”. Al contrario, estábamos deseando ver algo (risas).
10- Porque cuando llevas mucho rato nadando, en esas horas en silencio solo contigo mismo ¿Qué se te pasa por la cabeza? ¿Vas buscando alguna distracción? ¿Algo que ver? ¿O piensas en cualquier cosa? ¿O estás en modo automático? ¿Cómo fue esa parte de la travesía?
Ves la técnica nadando, que es lo habitual cuando llevas un cierto tiempo. Te dices “pues me parece a mí que estoy metiendo mal las manos, voy a meterlas un poco mejor para poder desplazar mejor”. Te pones a pensar incluso “pues estoy haciendo una prueba que la verdad no todo el mundo la puede llegar a hacer”. Te pones a pensar en temas del trabajo. Tienes tiempo para pensar de todo, la verdad. Como la respiración, lo que es el esfuerzo. El cuerpo, como digo yo, llega un cierto tiempo, que cuando llevas una hora nadando o una hora y media, si estás manteniendo un ritmo, el cuerpo se habitúa a ese ritmo y tú estás dándole ahí a los brazos y, si mantienes lo que es tú técnica: la respiración, los brazos y demás… pues nada. Así que la verdad, ibas pensando en muchas cosas vaya. Desde la familia…
Es que son 4 horas…
En 4 horas, 13 se hizo. Sí. Da tiempo a pensar de todo. También nos dijeron una anécdota que es verdad. Nosotros siempre vamos con nuestros relojes que llevan GPS para controlarte las distancias. Y nos comentaron: “mira esto os va a servir aquí de mucho, en el sentido de controlaros. Pero luego, sí ves la distancia lo último, porque llega un momento en que se empieza a volver un poco loco el reloj”. No marca exactamente los metros que llevas. El tiempo si, pero no los metros. O a lo mejor se queda parado. Así que tú lo dejas ahí y sí vas controlando el tiempo. Por ejemplo, nos han dicho que a 45 minutos nos vamos a parar. Pues por el camino a lo mejor estás pensando “pues no tengo ganas de comer, pero si tengo ganas de beber agua o algo isotónico”. Yo iba con el neopreno. Sudas con el neopreno más de lo normal. Y claro, te puedes deshidratar un poco y te dices “tengo ganas de beber algo, no tanta agua salada” (risas). Que alguna vez tragas un poco de agua salada, sí. Mis compañeros, la verdad, tuvieron su coraje en hacerlo sin neopreno. Porque como digo, nos pilló un buen tiempo, una buena temperatura de agua, pero son horas. Y como digo, te llegas a deshidratar. Por mucho que ellos no hayan sudado como yo. Aunque iban con sus cremas y demás que les cubría bastante, pero el hacerlo a pelo tiene su coraje.
11- Y cuando llegaste a Punta Cires ¿Cómo fue la sensación?
Estábamos cerca de la roca y, quedarían unos doscientos metros, cuando la zodiac nos comunicó “tenéis que tocar allí, en tal sitio”. Entonces, esa ilusión de decir “ya voy a terminar la prueba”, la verdad es que fue muy bonita. Incluso nos intentamos subir a la roca. Allí ya sí había un poquito de oleaje, y algunos sí pudimos subirnos, otros desistieron… pero la verdad fue una experiencia. Una ilusión de decir “he terminado una prueba que después de tantos años he querido hacer”. Pues reto conseguido e ilusión dada.
¿Te dejaron poner la bandera de Alhaurín de la Torre?
(Risas) Bueno, me recomendaron que no. “Mira, aquí en Marruecos no, por temas políticos”. Pero bueno, una vez ya tocamos roca, nos fuimos a la embarcación grande para que nos trajeran de vuelta a España y ahí dije “Oye, no nos movamos todavía. Quiero sacar mi bandera de mi pueblo”. Y nos hicimos la foto con la de Alhaurín y por supuesto con la de España. Y ya si, antes de que nos pegase algún tiro o algo (risas) nos vinimos de vuelta.
12- Son muchas horas, son muchos kilómetros, pero no es cruzar una piscina, es cruzar el estrecho ¿Qué significado especial tiene para ti cruzar el estrecho de Gibraltar?
Bueno, la verdad, pues el fruto de muchos años entrenando. No es que todos los años entrenase para esta prueba específica, pero, como digo, era uno de los retos que tenía en mi vida: El poder atravesar el estrecho. Fue una de las cimas mías que he querido siempre. Y la verdad, muy bonito. Una sensación de decir “Reto conseguido. A la constancia”.
13- Y ahora que has superado este reto ¿Se te han quedado cortas las piscinas? Ya habías hecho travesías antes, pero después de esta ¿Te has sentido más grande? ¿Tienes ganas de hacer más travesías largas? ¿Tienes síndrome de abstinencia de grandes travesías?
Bueno, pues si te digo la verdad, Javier, si me he quedado con la cosilla de querer hacer algo más. Pero todavía no sé el qué. Si voy a seguir nadando. Voy a seguir con mis travesías habituales, como es la de los Bomberos de Torremolinos, que la verdad, la tienen muy bien organizada. Y también otras travesías, incluso más cortas: el Tomás Zamudio, Zahara de los Atunes, Zahara de la Sierra. Y, sobre todo, lo que es brazada solidaria, que es por donde más me muevo a la hora de hacer travesías, que también las organizan muy bien. Y bueno, sí… Si hay un compañero que dice “oye, pues a mi me gustaría…”
Si te animan un poquito no hay que tirar mucho del hilo…
La verdad es que sí. La verdad, me gustaría. Lo que pasa es que ahora mismo estoy con nuevos proyectos en mi vida y demás. Voy a seguir con mis entrenamientos, pero bueno. Voy a estancar un poco lo que son estos objetivos.
Porque si tienes un calendario de travesías más o menos hecho durante el año…
Si. Sobre todo, en época de primavera, verano. Y ya para octubre hay alguna, pero más o menos hay un calendario y unas previsiones de querer hacer unas cuantas.
Así no pierdes…
Ese gustillo de querer nadar, sí.
14- ¿Y tu gente? Familia, amigos ¿Cómo se han quedado?
Bueno, la verdad, me ha sorprendido mucho. Mi familia, mi mujer, mi hijo, mi padre, mi hermano, mis suegros, mi cuñado… todos, la verdad, con mucha ilusión. Todos mandándome felicitaciones. Pero no pensaba que esto iba a tener tanta repercusión. Me han estado llamando compañeros míos de cuando estaba en el colegio, me han estado publicando también en otros medios de comunicación… Y la verdad es que me he sentido muy satisfecho, de gente que me quiere y me ha estado siguiendo. Incluso el propio día con la app que había, que te seguía en directo marcando tu trayecto. Y me hizo mucha ilusión que me quisiera tanta gente la verdad.
Va a haber que seguir, no te dejan otra…
Sí, sí. La verdad es que sí. Estuvo muy bien.
TEST DEL DEPORTISTA:
Tu deporte preferido es… natación
Yo, José Manuel, me arrepiento… de no haber podido entrenar un poco más. Por motivos de trabajo. Y también hay que pensar en la familia. No solo hay que pensar en el deporte. Porque hay que tener mucha constancia en ello y los entrenamientos te llevan también muchas horas. Más o menos, al día vienen a ser hora y media, dos horas, en agua. Más luego, el desplazamiento de sitio, el volver y demás. Y quieras que no, eso lo quitas tanto de trabajo, como, sobre todo, de familia. Y han estado ellos ahí detrás, dándote ese apoyo. Para que esa ilusión que tienes de siempre, hayas podido hacerla. También es mérito de ellos haber conseguido yo esto.
El libro que siempre tienes a mano: Sobre todo he estado leyendo mucho lo que son técnicas de entrenamiento. Y temas de trabajo.
Lo mejor de Alhaurín de la Torre si de deporte hablamos: Cómo lo fomentan, como se hace tanto deporte aquí. La verdad es que es una ciudad de deporte, prácticamente. Y un ambiente muy saludable. Yo entreno en Inacua y me quiero venir a entrenar aquí, a Alhaurín. Y tiene buena expectativa vaya.
La ciudad más bonita que conoces: Me gustó mucho Praga, Roma y me gustó mucho también Cáceres y Trujillo.
Tu ídolo deportivo: Michael Phelps.
El mejor deportista de Alhaurín de la Torre: Ahora mismo no conocería ninguno. Si que tengo referencia, porque ha hecho travesías, de Manolo Sarriá. La verdad, es que lo conozco de hace muchos años y ha sido constante en la natación. Y no va mal nadando, eh. Algunas veces cuesta trabajo cogerlo.
Tu mayor virtud y mayor defecto: Mi virtud es que intento ayudar a todo el que pueda. Y, sobre todo, a mí me gusta esforzarme, tener constancia en todo. E intento tener los principios básicos que puede tener una persona. Sobre todo, la honestidad, la honradez… Y el defecto, que puedo llegar a ser muy exigente tanto personalmente como a la hora de un trabajo. Y puedo llegar a exigir mucho porque me gusta esa perfección de que todo salga bien, de que no haya ningún problema de nada, y que se haga cuanto antes.
Un sueño. Bueno, ahora tienes que tener sueños nuevos, acabas de cumplir el del estrecho: (Risas) Si, deportivamente ahora no tengo ninguno. Y personalmente, bueno, pues sueño que mi hijo, tengo uno nada más, Álvaro, pues que le vaya todo bien en su vida. Que sea un hombre de provecho y le vaya todo bien.
¿Cómo te has encontrado durante la entrevista? Pues la verdad, muy bien. Contigo ha sido, la verdad muy agradable.
Terminamos la entrevista y después de un rato de charla, abandono el local. Copyrap Alhaurín, junto a la venta Platero y yo, en Av. Reyes Católicos. Lo inaugura el 19 de julio, aunque abrirá al público el 22. De alguna forma, esta es también una nueva aventura. No podía ser menos. ¿De verdad, no queréis ir aunque solo sea para ver en persona a este hombre?