LA WEB ENTREVISTA A… Francisco Javier Mengíbar Romero (entrenador y seleccionador de muay thai)

Hacemos la entrevista en su sala de entrenamiento del Polideportivo del Limón, en la planta más alta. Debe de ser una de las pocas ocasiones en que está casi vacía, solo con su maestro y un invitado. El lugar está lleno de banderas firmadas como recuerdo de un montón de campeonatos de distintas partes del mundo. Francisco Javier Mengíbar lleva metido en el duro y excitante mundo del muay thai desde hace más de treinta años. Este arte marcial exótico y extremo está considerado como el más eficaz y por tanto también, uno de los más peligrosos. Francisco se retiró de la lucha siendo campeón del mundo, pero no dejó ni mucho menos el muay thai. Hace muy poco, acaba de volver de Tailandia a donde llevó una selección de luchadores de España para enfrentarse a los mejores del mundo. Y no nos fue nada mal. Hablamos de esta lucha tailandesa, del campeonato y de cómo lo vive el propio Francisco, claro.

Alhaurín Es Deporte: Vamos a empezar por algo sencillo ¿Qué diferencia hay entre el muay thai y el kick boxing?

Francisco Javier Mengíbar: Son el mismo deporte. El kick boxing nace de la madre del muay thai. Pero en el muay thai valen la rodilla, el codo y las proyecciones y en el kick boxing no.

AED: Ahora se practica como deporte, pero una muestra del origen guerrero que conserva es que el Muay Thai busca siempre el K.O…

FJM: Sí. El muay thai lo que va buscando es el K.O, exactamente. Pero también se gana por puntos. En la mayoría de las competiciones se gana por puntos.

AED: ¿Tú como llegaste al muay thai? ¿Es el primer arte marcial que practicaste?

FJM: No. Yo empecé con el taekwondo, y luego practicaba kung fu también. Pero necesitaba competir, porque me llenaba mucho, y con 17, 18 años, vi en un cartel que ponía kick boxing en Barcelona. Y mi maestro, Manolo Requena, que es de aquí, del pueblo, me dijo “Porque no te llegas, que te gusta a ti el tema de la competición”. Así que me llegué, y me enamoré del kick boxing. Y del kick boxing pasé directamente al thai. Y ahí empecé a competir. Aquí en Andalucía hay muy poco, muy poco. Así que empecé peleando en Madrid. La mayoría de las peleas fueron en Madrid. Y ya, a partir de ahí, cogí un entrenador y empecé a moverme por Europa.

AED: ¿Habías visto la película de Kick Boxing? Fue un boom…

FJM: Sí que lo fue. Cuando estrenaron la película de Kick Boxing empezó el muay a invadir Málaga. Todos los que hacían karate se ponían un pantalón corto y se ponían a hacer kick boxing…

AED: Lo tuyo fue antes ¿No?

FJM: Sí. Muchísimo antes, claro.

AED: ¿Es verdad, que en Muay Thai una de las primeras cosas que se hace es matarte el nervio de la tibia? ¿O es una leyenda urbana?

FJM: No, eso es una leyenda. Es verdad que con los sacos y con las protecciones se endurece la tibia tanto que puede partir botellas de Coca-Cola, un bate de béisbol, que yo lo he hecho, pero… no. Es posible que el nervio pierda sensibilidad, pero no se pierde por completo. Lo que pasa es que las microroturas en la tibia hacen que crezca un poco más y entonces se pone más dura y más tensa que otras tibias normales. Con un golpe de tibia se puede hacer mucho daño. Hasta se puede romper un brazo.

AED: Lo que sí es verdad, es que se fortalece a base de golpes…

FJM: Sí. A base de golpes.

AED: El respeto, hacia el rival, hacia el maestro, en el Muay Thai cobra su auténtico significado después de entender que es muy peligroso…

FJM: Sí. Hay rituales antes y después… El muay thai es un arte marcial y al mismo tiempo un deporte. Cuando tú practicas muay thai y te metes en el mundillo, te vas dando cuenta que tiene una cultura, que tiene una tradición, que tiene después una doma, tiene un sentido de lealtad, de fidelidad, de guerreros, pero al mismo tiempo de espiritualidad, de hermanamiento con el competidor, de respeto. Y te crea un mundo que no es el que estabas pensando. Al contrario que en las películas, que salen a matarse. Hay un respeto muy grande entre competidores.

AED: Tú has hecho diferentes artes marciales y cada uno tiene su propio campo conceptual, su mundo filosófico y es distinto, por ejemplo, el del taekwondo que el del muay thai ¿Cómo explicarías la diferencia?

FJM: La madre de todas las artes marciales viene del templo Shaolín. Desde la India, y entre religión y arte marcial, del shaolín, que es, digamos, el kung fu, salieron ramas y en cada país se creó su propio estilo de lucha. El muay thai tiene una cosa que otras artes marciales no tienen: que te enseña a pegar y al mismo tiempo te enseña a recibir.

AED: Se recibe mucho en el muay thai. Se bloquean los golpes más importantes, pero muchos otros se encajan…

FJM: Sí, sí. Los encajas. Te acostumbras a ese tipo de daño. Y a parte, tiene una dureza tanto mental como espiritual que lo que te hace es englobarte y apreciar otras cosas, otros valores que tú normalmente no los aprecias o no lo ves. Para mí, con respecto a otras artes marciales, el muay thai es lo mejor.

AED: Te hace más fuerte, más resistente que quizás otras artes marciales…

FJM: Sí. El muay thai con tres o cuatro meses, ya estás adaptado. En cambio, con otras artes marciales necesitas un año por lo menos. Año o año y medio. Es muy fácil adaptarse. Y necesita una resistencia para estar físicamente bien, que otras artes marciales no necesitan. También, yo llevó ya una pila de años en esto, treinta y tantos, y todavía estoy aprendiendo. Y creo que acabo de meter la cabeza, porque yo creía que sabía mucho y no.

AED: A raíz de los viajes que has hecho a Tailandia…

FJM: Sí. Cada vez que va uno a Tailandia y ve un campo de entreno y ves como entrenan o ves a maestros y te explican cosas, te dices… “yo creí que sabía y todavía no sé nada”.

AED: ¿Cómo fue la experiencia de ir a Tailandia a hacer Muay Thai? ¿Te cambia la perspectiva de este arte marcial cuando estás allí?

FJM: Tú piensas que el muay thai es pegar y recibir como otro arte marcial y cuando llegas allí ves la esencia del thai, el olor, el entrenamiento, el compañerismo que hay. Hay cosa que te llena que todo el que se mete ahí, se engancha de alguna manera, como a una droga.

AED: Allí tocan música en directo en los combates ¿No?

FJM: Sí. Antiguamente lo hacían para quitarse el dolor. Se tomaban una hoja de coca, que hoy está prohibido totalmente, y en un ritual, se la echaban con agua en el cuerpo para tener más resistencia (ejemplifica con un gesto como inhalaban la mezcla de su piel). Y, además, hacían un ritual que era espiritual. También se despedían de su mujer y demás, pero en esos combates peleaban con las manos envueltas en cuerdas y, en ocasiones, cubiertas de cristales. Hoy en día eso está ya totalmente prohibido. Pero es que, para comprender todo eso, hay que ir allí y vivirlo y oler aquello y sentir lo que ellos sienten. Entonces es cuando lo aprecias más y cuando vienes con la cabeza cambiada.

AED: ¿Habéis tenido oportunidad, además de competir, de visitar allí otras escuelas o tener contacto con otros maestros?

FJM: Sí. Esta es la 15ª vez que voy a Tailandia y cada vez que voy aprendo algo nuevo y siempre voy viendo una escuela y otra. Y cada escuela tiene su propio estilo. Hay estilo propio sanburis, chaiyan, que son estilos del norte, del sur y cada uno tiene su propio sistema de entrenamiento y arte marcial también. Y vas aprendiendo cosas nuevas como el masaje tipo thai de antes de entrenar, de alimentos, tipos de arroz tradicionales, de las cosas que hacen ellos, o los tipos de respiración diferentes que hay. Es que, cada día vas aprendiendo.

AED: Allí se nota más que todo esto es una cultura…

FJM: Sí, sí. Esto es una religión para ellos.

AED: Hace poco, entre el 19 y el 29 de julio, estuviste en Bangkok, Tailandia, como seleccionador del equipo nacional en el Campeonato Mundial De la Federación de Muay Thai Amateur ¿Cómo fue tu trabajo con los púgiles?

FJM: Durísimo. Imagínate un padre que esté con los niños chicos que, cada vez que pelean, se quieren ir a comer, o se quieren ir por ahí y que cada uno tira para un lado diferente. Tienes que tenerlos como… algo cuadriculado. No se pueden escapar. Tienen que pesarse por la mañana temprano y ver cómo están y cuánto le tienes que quitar, porque por la mañana tienen que dar el peso exacto diariamente.

AED: Diles que no salgan a conocer Tailandia. Tiene que ser complicado…

FJM: No, no. Tienen que estar allí, concentrados. Si salen, salen conmigo. El grupo entero agarraditos de la mano. Y dar solo una vuelta, x horas, porque no se pueden cansar demasiado, ya que al día siguiente tienen que pelear. Tiene que estar todo medido.

AED: El más joven, por ejemplo ¿Qué edad tenía?

FJM: El más joven era una chica que tenía 24 años. Y estaba en duda de si llevarla o no llevarla, porque eso es fuerte. Es fuerte por la presión tan grande, con tantos países y después, la pelea en sí, que pelea la creme de la creme. Tiene que estar uno muy atento, mirando cada detalle y hablando con todos. Estas apartado, mirando si les falta algo, cómo se sienten, haciéndoles muchas preguntas, haciéndoles muchos test, sobre cómo les va, qué han comido ahora… Tiene que estar uno al pie del cañón. Y te acuestas el último y te levantas el primero. A las 5:30 de la mañana ya estaba yo en pie preparando a los competidores. Y a ver quién me falta, haciendo listados, comprobando a quién le toca, contra quien, dónde le toca, en que ring. Eso es un caos mental que no veas.

AED: Tú que has peleado y has participado en campeonatos ¿Cómo se vive cuando el que lucha es un aprendiz tuyo?

FJM: Cuando tú peleas, como que no tienes responsabilidad, sino que peleas y si gano, gano y si pierdo, pierdo, pero yo voy a dar lo máximo de mí. Y solo tienes la preocupación del pesaje: que te falte medio kilo, por ejemplo. Pero es un problema mínimo. Pero cuando pelea un alumno, la preocupación es como si fueras un padre. Que si pierde, que qué puede pasar, a ver si sigue o no sigue, que rival le toca, que espero que no le peguen mucho, porque los padres o la familia lo pueden pasar mal. Es que es mucha responsabilidad. Y tienes que estar siempre animándolo y llevándolo. Tiene tela eso.

AED: ¿Cómo ha sido la participación de la selección de España amateur en este campeonato mundial?

FJM: Hay que explicar que, dentro del amateur, está ‘élite’ que es donde luchan los mejores del mundo. Ha sido un nivel tremendo. Yo nunca he visto en la vida tanto nivel. De España, nos hemos llevado los mejores, eligiéndolos con mucho ojo, mirando a quien nos llevábamos. Y hemos tenido la suerte, después de 15 años, bueno, la suerte y los K.Os que hemos hecho también, porque hemos ganado muchas peleas por K.O, de llevarnos lo mejor de España y traernos una medalla de bronce. Que eso, en 15 años no se ha conseguido.

AED: ¿Ellos ya habían peleado antes en categoría ‘élite’?

FJM: Sí. El año pasado pelearon en el campeonato de Europa, que estuve yo también, y trajimos medalla de bronce y medalla de plata. En esta ocasión hemos cogido un equipo más grande pero el campeonato del mundo ya es otra historia.

AED: ¿Ahora mismo que país está más potente en el panorama del muay thai?

FJM: Ahora está Tailandia en primer lugar, Bielorrusia, Rusia y Kazakistán. Esos son los más potentes que yo he visto ahora allí. Y Francia, cuidado.

AED: Por encima de países limítrofes con Tailandia, como puede ser Laos, que también tiene un arte marcial muy parecido…

FJM: Sí, ellos hacen boxeo camboyano además del muay thai, pero esta vez no se llevaron medalla. Vamos, Tailandia, la mitad de ellos perdieron, eh. Que ya es decir. Es un mérito grande para ellos, pero también una derrota grande, porque Tailandia siempre ha sido el número uno. Y ahora, últimamente, van cayendo. Estados Unidos quedó 8º o por ahí, y llevó un equipo de 30 personas. España eran 5. Si nosotros nos hubiésemos llevado 30, a lo mejor nos traemos otra medalla más. O ninguna, porque Francia llevaba 2 equipos, eran treinta y tantos y al final ganaron 2 medallas: una de oro y otra de plata. No porque lleves más personas te vas a traer más medallas…

AED: ¿Y cómo están los púgiles de contentos?

FJM: Bueno, pues mira, los muchachos… a partir de ahí, los promotores los han visto y se han quedado dos en Tailandia, que están peleando. Kevin (Martínez) ha ganado por K.O, en el estadio Rajadamnern, que es uno de los más importantes. Nayanesh, que se ha llevado la medalla de bronce, va a pelear este sábado (24 de agosto) en el campeonato más importante, un open, allí en Tailandia. Los promotores estaban allí viendo la creme, a quién podían llevarse. Entonces, nada más terminar el campeonato se acercaban para pedirle el número de contacto de su entrenador, del coach. En fin, que han triunfado. Ellos ya han cerrado el año entero de peleas, simplemente por llegar allí. Y están esperando que lleguen. Se quedan allí. Mientras estén peleando… Le ofrecen por una pelea 100.000 €. Se quedan allí sí o sí.

AED: ¿Esta es la primera experiencia de este tipo, de llevar una selección a Tailandia?

FJM: Yo, de IFMA, es la segunda, contando el Campeonato de Europa. Ya he llevado equipos de otras federaciones, como WACO. No es la primera vez como seleccionador. Pero a Tailandia, de ‘elite’ sí ha sido la primera vez. Y espero que sigan más.

AED: Háblame del mejor combate que hayas visto de muay thai

FJM: Yo, el mejor combate que he visto de la selección nuestra ha sido el de Nayanesh con el francés (Jimmy Vienot). Es de los mejores que he visto este año. Estuve allí viviéndolo y sufriéndolo con ellos y para mí fue lo más de lo más. Y también, una vez, me sorprendió muchísimo un competidor mío, Roberto Vergara, que estaba ganando por puntos cuando el otro le dio una patada de giro en la cara. Cayó. K.O. Yo me levanté para subir al ring y, de pronto, se levantó. El arbitro se quedó extrañado. Le contó la progresión de 8 y yo no me lo podía creer. Me quedé extrañado. Y se levantó, se recuperó un poco, que para mí ya era imposible, remontó y al final él le hizo el K.O al oponente en el hígado. Y eso se me quedó grabado.

TEST DEL DEPORTISTA

Tu segundo deporte preferido es… Las pesas, si es un deporte…

Yo, Francisco Javier Mengíbar, me arrepiento… de tener la edad que tengo y no pelear más (risas). Yo fui uno de los más mayores en salir, eh. Yo salí con 40 años. Yo quedé Campeón del mundo en los 40 años.

El libro que siempre tienes a mano… El Tao Te King, de Lao Tse. Cada vez que lo leo veo algo diferente. Y es curioso, porque no lo leo de principio a fin, ni del final al principio, yo lo cojo y por donde se abra, ahí empiezo a leer. Y con lo que estoy leyendo, me sirve para el día de hoy. Pero si otro día lo coges por la misma página, lo entiendes de otra manera. Es curioso. Ese libro es que es rarísimo.

Lo mejor de Alhaurín de la Torre si de deporte hablamos: el deporte en general. Es que Alhaurín de la Torre en deporte ha crecido una barbaridad ¡Y todo el mundo hace deporte! Yo es que no conozco a nadie que no haga deporte. Hay una facilidad increíble. Yo veo a alguien de fumar y me extraña.

La ciudad más bonita que conoces: Estocolmo, Praga, o Samui, que es una isla de Tailandia, que me enamoró.

Tu ídolo deportivo: Rob Kaman

El mejor deportista de Alhaurín de la Torre: Carmen Herrera

Tu mayor virtud y mayor defecto: Virtud… no sé. El defecto: yo creo que el seguir aprendiendo. Tengo obsesión. Es que yo empapo libros y vídeos de entrenamiento, pero de todo tipo de entrenamiento. Y llega un momento que ya no sabes ni lo que estás haciendo. Te lías o haces tu propio sistema y cometes el fallo de introducirlo directamente a ellos y a alguno lo puedo hasta quemar… yo creo que sí. Y la virtud… me la tiene que decir otro. Cuando uno cree que sabe algo, te das cuenta de que no sabes nada. Yo creo que me falta tiempo y años para seguir aprendiendo, y mientras más aprendas, más te das cuenta de que te faltan más años. Yo soy ahora mismo un aprendiz. Un aprendiz cabezón.

Un sueño: que los niños que tengo ahora chiquititos (alumnos) sean campeones del mundo. O tener el récord de tener más campeones del mundo de España. Yo quiero que el que entre aquí, sea el mejor. Porque si tú eres el mejor, yo sigo viviendo en este mundo del muay. Si tú ganas, es como si yo ganase también. Me falta la adrenalina de competir, pero lo reflejo a través de mis alumnos.

¿Cómo te has encontrado durante la entrevista? Ah, muy bien. Muy relajado. Además, eres un tío agradable. Eres un tío que relaja, eh.

Ha sido fácil hablar con Francisco Javier Mengíbar, la verdad. Es un hombre que vive al cien por cien lo que le gusta y por eso tiene mucho que contar. Está seguro de sí mismo y eso le hace sincero, frontal. Un poco como el muay thai. Nos quedamos hablando un rato en la sala de entrenamiento, oyendo anécdotas. De lesiones, de campeones del mundo… 6 de ellos han salido de sus clases. Creo que afrontar su vida con honestidad le ha dado sabiduría para ser feliz, que para alguien que ha dejado la adrenalina de la competición, no es poca cosa. Ahora encauza su potencial en desarrollar el potencial de los demás. Es bueno para él y para los que están a su alrededor.

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