El rincón de las Artes Marciales (IV) Muay Thai

La primera impresión que se tiene es la cantidad de niños y niñas que hay en este tramo horario. Una veintena se dan cita tres días a la semana y se divierten. Porque esta es la idea del entrenamiento, divertirse, como me recuerdan ellos cuando voy a hacerles algunas preguntas.

Niños y niñas de 7 a 12 años saltan, golpean al aire, a los sacos, a unos neumáticos que están preparados para la ocasión, van al suelo, hacen flexiones y abdominales a su manera, los más pequeños se escaquean y solo las cuentan, pero siempre con la voz cantante de su entrenador de fondo: “uno, dos tres, cuatro…” se escucha sin parar; “flexiones, uno, dos, tres, cuatro…inferiores, lumbares…”.

Pero como decíamos, la parte física del entrenamiento es importante pero no es la principal, como Menjíbar nos cuenta: “La exigencia física no es alta en estas edades, por lo que priman otras cosas, otros valores. Lo más importante es la disciplina y el respeto, tanto con el entrenador como con sus compañeros”.

Hablando un poco más del deporte, del muay thai, el entrenador nos menciona a Holanda, Francia y España como los países más importantes a nivel europeo, siendo Tailandia una potencia en el continente asiático y una referencia a nivel mundial. Hoy en día muchos niños se interesan por las artes marciales y nosotros, los entrenadores, debemos formarlos y hacerles conocer todos los aspectos que ello conlleva. Lo que entrenamos a estas edades sobre todo es la coordinación, la elasticidad, y un poco la fuerza. Esto es lo principal. Pero lo más importante es que se aprendan las técnicas de a poco. No sólo la práctica, sino también su teoría. Saber por qué deben utilizar una y no otra en según qué momento.

Hablando con los integrantes del entrenamiento, primero me acerco a un grupo de cinco niñas que me dicen sus nombres. Tania, Noa, Rosa, Thalía y otra vez Tania. Les pregunto por qué es lo que más le gusta del entrenamiento y rápidamente, todas al unísono me dicen que las “manoplas”, un tipo de ejercicio en el que su entrenador les indica qué hacer y ellos lo practican con él.

Alguna lleva ya 3 años entrenando y las demás acaban de cumplir el primero, pero todas coinciden en algo: la diversión. Ellas dicen que sí, que les gusta defenderse pero que vienen a entrenar porque se divierten, porque les gusta. Además me comentan que lo que ellas hacen es ayudar a los más pequeños o a los que vienen nuevos a los entrenamientos, porque ayudar a los demás y respetar a todos es lo más importante.

Más tarde me acerco a dos niños que estaban practicando entre ellos y les pregunto por lo que están haciendo. Esto es “sparring” me dicen los dos. Les pregunto qué significa y me dicen que es cuando practican las técnicas con otro compañero, hacen una pequeña lucha entre ellos. David y Sergio, que así se llaman, llevan 6 y 1 año respectivamente, siendo el primero uno de los más “veteranos” de la clase. Los dos coinciden en algo que ya me habían dicho las niñas. La diversión que encuentran en los entrenamientos.

Para terminar, observando el aula, rodeada de banderas firmadas por campeones del mundo y alumnos del club, les pido tanto a los alumnos como al profesor que posen para una foto. Primero se sitúan todos juntos y después uno adapta la posición de “guardia”, algo que todos instintivamente imitan, saliendo una foto que dentro de unos años podrán apreciar y sentirse orgullosos.

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