Fue un día largo. No solo por el viaje y el hecho de madrugar, sino que el cansancio físico y el desgaste de los partidos anteriores hacían mella en ambos equipos. Sin embargo, la ilusión era aún mayor. Habían viajado hasta Jaén con un único objetivo. Hacerse con el campeonato andaluz. Y ahí estaban. A un solo paso. Era la final. Apenas se llevaban unos minutos, pero Pepo, el seleccionador malagueño y trabajador de nuestra casa, ya lo sabía. Ningún jugador lo imaginaba. Simplemente se dedicaban a jugar y a trabajar. Pero ya era suficiente. Pepo lo sabía. El trofeo ya era suyo. ¿Qué por qué lo sabía? Simple: Los tres primeros goles de la selección malagueña en la final fueron de estrategia. Cosas de entrenador. En ese momento, Pepo ya había terminado su trabajo.
Pero hasta llegar a ese punto, el camino no fue fácil, aunque los resultados digan lo contrario. A Jaén, los locales, se les ganó por un escandaloso 3-15 que demostró el enorme nivel táctico de la selección malagueña. En la final esperaban los cordobeses, pero eso es otra historia que ya conocemos. En una final en la que se consiguen hasta 8 goles de estrategia, es casi imposible no hacerse con el título. Y así fue el 10-4 final. La selección malagueña con Raúl con la batuta de director fue una orquesta perfectamente afinada. Desde el club solo podemos dar la enhorabuena a Pepo y Dani, por su insuperable labor, y a Raúl y Álvaro por contribuir a que el fútbol sala sea un poco más grande y por pasear el nombre de nuestra entidad por Andalucía. Toda la suerte del mundo como seleccionador andaluz, Pepo.
(Curro Fernández-@CurroSibaja)
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