El míster, que es titulado en nivel 2, ha pasado por todas las categorías como jugador, desde las más inferiores hasta senior, aunque sus mayores éxitos en el fútbol sala han llegado como entrenador, consolidándose como uno de las revelaciones de la Segunda División B.
Si algo caracteriza a Manolo es su cercanía a los jugadores, y como muestra de ello tan solo hay que ver alguno de sus entrenamientos, ya que le encanta participar y no ser un mero sujeto pasivo. Además de que es muy metódico y que siempre busca controlar cada detalle del juego, también trata de combinar experiencia y juventud en sus plantillas.
El técnico ha llevado una trayectoria ascendente desde que se hiciera cargo del primer equipo en la 2014/2015. Tras una difícil primera temporada, se vivió un momento muy dulce en la siguiente, logrando una racha de nueve encuentros sin perder, que llegó a colocar a los pupilos de Manolo en cuarta posición, aunque finalmente se obtuvo un meritorio séptimo puesto.
Sin embargo, la reciente temporada nada tiene que envidiarle a la anterior. Pese a acabar en la octava posición, un puesto por debajo, el míster mantuvo al equipo en la zona media de la tabla durante todo el curso, haciendo de la regularidad su mayor valedor.
Cabe destacar su gran trabajo con la cantera, donde hizo debutar a varios juveniles en la 15/16, entre ellos Chechu, consagrado ya en el primer equipo y uno de los máximos artilleros. El técnico confía en seguir con esta dinámica: “Es muy importante para nosotros trabajar bien la cantera, ellos son el futuro”.
Por último, ha querido agradecer al club la confianza depositada en él: “Estoy contento de seguir una temporada más, solo puedo darle las gracias a la directiva por seguir contando conmigo”, a lo que ha añadido: “Necesitamos que nuestra afición vuelva a darlo todo, sin ellos sería más difícil”.
