(José Carlos Villalba) Como es menor de 16 años su cinturón es algo diferente a los tradicionales que todos conocemos. Él es Negro Primer Dan Pum. Si lo miras bien, está chulísimo, al margen de lo que representa. Es mi forma de presentar a Iván, quien a sus 11 años tiene muy claro a dónde quiere llegar y a quién colocar como modelo a seguir. Estudia 6º de Primaria en el Juan Pablo II de Alhaurín de la Torre, estuvo en el fútbol, como buen español y le gustan los videojuegos. En su vida sentimental, no quise entrar. Pertenece a la disciplina – nunca mejor dicho – del Club de Artes Marciales Coreanas Hwa Rang, a las órdenes de Marco Antonio Ortiz, con el que ha conseguido victorias en torneos como el Open de Alhaurín de la Torre o el celebrado en el Galileo. En su casa, están su padre, su madre y dos hermanos más.
ENTREVISTA:
1.- ¿Cuál es la principal cualidad que ha de tener un taekwondista para considerarse como tal? El autocontrol. Explícate un poco Iván. Por ejemplo, cuando entrenamos, lo hacemos flojo, no a matarnos. También hay que tener perseverancia, constancia. ¿Fuerza no? A ver, yo no tengo fuerza y no me va mal. Hay que prestar mucha atención.
2.- Dos preguntas en una. ¿A qué edad empezaste con esto del taekwondo? ¿Hasta qué edad se puede practicar? Yo empecé a los 4 años. Me apuntaron por una tontería. Que estaba todo el día en el sofá, para ver cuánto aguantaba. Y ya llevo 7 años. ¿Y qué me dices de la otra pregunta? Hasta que uno quiera. En nuestro club hay niños de 4 años y hombres de 65. Varía la edad, pero trabajamos todos juntos.
He de indicar que Iván no vino sólo. Iba a decir que lo acompañó su séquito, pero tampoco fue para tanto. Su padre, su madre, uno de sus hermanos de apenas 2 años y su maestro, Marcos, fueron sus escuderos. Todos callados, respetando el buen razonamiento del joven deportista.
3.- ¿Cuál es tu sueño dentro de un tatami? Quiero ser maestro, como Marcos. Y el mencionado intervino por fin: el primer exámen lo hizo con 5 años y allí ya dijo que quería ser maestro. Lo tenía muy claro.
4.- ¿Y fuera de él? También quiero ser policía. Voy a hacer todo lo posible por conseguirlo. Como soy tan perspicaz, me atreví a decirle: Veo que tienes las cosas muy claras. Y me dijo que sí.
5.- ¿Es verdad que el taekwondo no es para nada violento, o algo hay? No, no es violento. Ja, ja, ja. De vez en cuando se va una torta, pero eso ocurre más entre los mayores. Si yo te contara en mis tiempos mozos – le digo yo -.
6.- ¿Qué diferencia hay entre las artes marciales y otros deportes? En las artes marciales se usan más las piernas y los brazos, además de otras partes del cuerpo que en otros deportes no se usan. Y tú, ¿cómo lo disfrutas? El taekwondo lo disfruto con una buena puntuación o con algún buen golpe.
7.- ¿Cómo ves Ahaurín de la Torre si de deporte hablamos? Está muy bien. Estoy viendo las fotos de tu tablón y me doy cuenta que no conocía ni la mitad de cosas que se hacen de deporte por Alhaurín de la Torre. Nos pusimos a contar por curiosidad: petanca, natación, motociclismo, patinaje artístico, baloncesto, fútbol, gimnasia rítmica, atletismo, rugby, tiro, ciclismo, bádminton, fútbol sala, por supuesto artes marciales…
8.- ¿Tienes grabado en la memoria algún combate en especial? La verdad es que no. Y su madre, Marina, le echó una mano. El primero, en el que lloró. ¿Y eso? Pues porque no se lo esperaba. Ja, ja, ja! Le dieron en la nariz y se asustó un poco.
9.- ¿A tí también te gusta la cultura oriental que conlleve tu deporte? Sí, la de Corea del Sur. ¿Qué sabes? Por ejemplo la bandera. Significa, – me dice mientras señala el símbolo del país – los 4 elementos, que realmente son 8 porque significan movimiento. El rojo y el azul de la bandera representan la dualidad, lo opuesto, el yin y el yam.
10.- ¿Qué le puedes decir a la gente de más o menos tu edad para que se unan a la fiesta? Pues que está muy chulo. A mí me encanta. Se usa todo el cuerpo, además está la educación, el compañerismo.
No hubo descanso como tal antes del test, porque lo aprovechamos para que me contara cosas de su club. Dan clases en Santa Amalia y en la Asociación de Pinos de Alhaurín, además de en Campanillas. En total pasan de los cien alumnos. Llevan funcionando 8 años. Marcos Ortiz me dice que tiene dando clases a familias enteras, de esas de padre, madres e hijos.
TEST DEL DEPORTISTA:
¿Real Madrid o Barça? Barça. Pero no vió el partido (el del 6-1 al PSG que se jugó el día antes de nuestra cita) me dice la madre.
¿Pau Gasol o Rafa Nadal? Rafa Nadal. Me gusta el tenis.
Dime una película. “Los croods” ¿Los qué? Los cavernícolas. Cuando pequeño me encantaban. Ahora también Piratas del Caribe.
Te sientes orgulloso cuando… en algún campeonato lo hago bien o saco una medalla. También decirte que el otro día ayudé a una mujer con la basura. Ví que iba muy cargada. Eso está bien, Iván, muy bien.
Dime algo bueno y algo malo. Bueno el compañerismo. Malo, cuando entrenando algunos cogen confianza y se ponen revolucionados. Las risas esta vez fueron del maestro.
Nómbrame a una persona, como mucho a dos. A mi padre y a mi madre. A Martín y a Marina, digo yo.
¿Alhaurín es deporte o no tanto? Sí. Veo gente en bici, haciendo senderismo y todos los deportes que ya hemos dicho.
¿A quién conoces del deporte de Alhaurín? Tengo una compañera en clase, María José, que hace atletismo y su hermano también.
¿El deportista nace o se hace? Hay que ganárselo.
¿Qué esperabas de esta entrevista? Que no se iba a hacer en tu despacho, sino en las gradas.
Cuando le dije que habíamos acabado y que si quería añadir algo más, saltó como un resorte, como si lo tuviera aprendido. Agradezco a mis familiares y a mi profesor, Marco, el apoyo que me están dando.
Le quedó muy institucional, pero fue de corazón, que es lo importante. Las fotos nos las hicimos fuera, aprovechando lo bien que se estaba en este preludio del largo verano que tendremos. Los padres bien, el maestro fenomenal e Iván estratosférico. Con gente así da gusto trabajar, si a esto se le llama trabajo.
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